
Hablando con tus discípulos estabas
Cuando entraron en tropel
Y en cabeza de todos iba
Aquél que te iba a vender.
En el monte de los Olivos
Orabas como cada día,
En tu rostro brotó sudor y sangre
Comenzando así tu agonía.
Lo apresaron y lo calumniaron
Entregándolo a Pilato:
El procurador lo halló inocente;
Pero la muchedumbre gritaba:
¡Al farsante dale muerte!
Voceaban y aclamaban con tanta excitación
Que Pilato lavándose las manos
Al pueblo lo entregó.
Los fariseos lo humillaron y apalearon
Castigándolo con una corona de espinas
Y cargándolo con la cruz le decían:
Te azotaremos si no caminas.
En el monte del Calvario, lo crucificaron
Burlándose antes de Él.
Su Madre afligida y rota
Postrada estaba a sus pies...
Jesús solo decía:
¡Padre perdónales!
Pasados tres días visitaron su tumba
La cual hallaron vacía...
Jesús había resucitado
Como él mismo había vaticinado...
Este gran ejemplo nos dio el Señor
Nos invitó ha amarnos unos a otros
Como Él sin límites nos amó...